APRECIACIONES
SOBRE LA GESTIÓN EDUCATIVA DENTRO EL ENFOQUE SOCIO COMUNITARIO PRODUCTIVO
(por Rubén Gómez Claros )
Los
requerimientos de la escuela actual, dentro el proceso de interacción
permanente, nos refleja una situación de desconcierto ante las referencias que
tenemos en el “mundo” exterior, que “vemos” más que procesos, resultados; que
muestran como prioridad la actitud ganadora frente a cualquier situación, sin
tomar en cuenta a las personas como tales, sino como rivales que hay que
considerarlos como obstáculo frente a las acciones que realicemos para llegar a
nuestro cometido, de manera particular.
Esta
visión, nos muestra una escuela que debe proyectar al nuevo ciudadano con esas
tendencias, para que se desenvuelva en el campo social, laboral, familiar e
individual.
A nombre de la educación, vamos
perpetuando en la aulas, conductas individualistas, que aportaran al
requerimiento social masificador, generando individuos estandarizados, con
habilidades para competir y validar solo al ganador, que es la premisa de este
modelo.
La administración del sistema
educativo, repite también el mismo esquema de una administración centralista
con una cabeza que acumula el poder de decisión de manera individual,
replicándolos en las direcciones de Unidad Educativas, lo que condiciono a que
la escuela salga del proceso natural de actualización que le permita el
desarrollarse.
Esta situación
permitió entender como gestión educativa solo el manejo administrativo de los
recursos de la escuela, sin considerar el entorno en el cual se desarrollaban,
desconociendo la esencia de cada unidad educativa, por esto es que se orientaba
hacia la repetición de los procesos para alcanzar objetivos ajenos a la
institución educativa, generando estudiantes con expectativas externas desconociendo
su naturaleza cultural, social y humana.
Se requiere que la
escuela sea el eje que promueva el
desarrollo incluyendo a la comunidad, familia
y persona, desde todos los ámbitos que le correspondan, empezando por lo
administrativo, donde el responsable Director, tenga un rol de liderazgo
compartido frente a la comunidad en general, propiciando acciones de reflexión,
comprensión y aplicación hacia una cultura de desarrollo integrado y conjunto,
reflejando en las aulas con acciones contextualizadas, estableciendo una
relación de interdependencia y compromiso, para hacer que la escuela cumpla su
función de servicio real y no aparente, en términos de Zabaleta un “estado
aparente, es un estado incompleto. O un estado parcial, quebrado de varios
modos, en varios tiempos y localidades.
Un estado aparente no puede construir un óptimo de correspondencia con
su sociedad civil” (Ibarguen Rios, 2006, p. 32).
En relación a la afirmación
“interpretar las tendencias y exigencias de la actual sociedad del conocimiento
y de la información, en el contexto particular en que se desempeñan;,
propiciando así procesos de cambio y de desarrollo” (Sánchez, 2012, p.7);
podemos afirmar que el modelo actual
permite durante la gestión educativa la participación de los miembros de
la comunidad con amplitud, donde el director asuma el rol de Líder para
dinamizar la participación de los componentes externos e internos que tiene la
unidad educativa.
Los requerimientos que tiene la
actual sociedad, es de contar con personas de una actitud abierta hacia el
cambio, de manera que las actitudes de los sujetos asuman la acción de acuerdo
a las necesidades, es decir, que tengan la capacidad de proporcionar respuestas
en situaciones de cambio permanente, en forma oportuna y con proyección hacia
un ajuste posterior.
Bibliografía
Sánchez Reyes, J. B.
(2012). El liderazgo y la administración en un ambiente global cambiante y
su impacto en las escuelas formadoras de docentes.
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